Sun Tzu: lecciones de estrategia para ajedrecistas


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Sun Tzu nunca jugó ajedrez, porque aún no existía en su época; pero el Arte de la guerra es como un baúl del tesoro que te servirá para comprender qué es estrategia.

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Sun Tzu: lecciones de estrategia para jugadores de ajedrez

En nuestro artículo ¿Existen beneficios de enseñar ajedrez en las escuelas? , hablábamos de que el ajedrez es un juego que fomenta el pensamiento estratégico y que, a su vez, el pensamiento estratégico tiene mayor relación con el pensamiento crítico que con el pensamiento analítico.

Lee la publicación para que veas qué es lo que caracteriza al pensamiento crítico, porque eso te dará una idea de lo que se necesita para desarrollar tu pensamiento estratégico.

En esta nueva publicación te proponemos otra vía para comprender el pensamiento estrateǵico: leer el Arte de la Guerra de Sun Tzu. Si Nakamura gusta de leer libros de historias y guerras antiguas, ¿por qué no habrías de leer a Sun Tzu?

En términos generales, la comprensión de la estrategia tiene mayor grado de dificultad que el desarrollo de las habilidades tácticas, porque la estrategia te exige tener un punto de vista holístico del juego.

El pensamiento estratégico requiere que el jugador sintetice varios elementos, que anticipe consecuencias a largo plazo y que se adapte a posiciones cambiantes. El buen estratega se hace con el tiempo, porque requiere experiencia y el estudio de principios que no tienen resultados inmediatos o visibles dentro del juego, al menos hasta que pierdes o ganas.

Parte del bagaje del estratega del ajedrez es saber en qué posiciones y momentos cambiar el alfil malo, la importancia de las columnas abiertas o la idea de profilaxis; es también entender conceptos como la comprensión de la posición, la planeación a largo plazo, la evaluación de desequilibrios por estructuras de peones, por actividad de las piezas o por el control de casillas claves.

En cambio, la táctica busca resultados inmediatos y para ello hace uso de la aplicación de conceptos específicos, como clavada, tenedor, enfilada y ataque a la descubierta.

El juego del ajedrez es un juego mental y de tipo bélico que pone a prueba las habilidades de dos personas en términos psicológicos, estratégicos y tácticos.

Es decir, los detalles que el ajedrecístas debe de cuidar no sólo son en términos de habilidades y conocimientos de aperturas, del juego medio o de los finales, de evaluaciones posicionales o de trucos tácticos, sino también de cuidar los detalles individuales, es decir, de cuidarnos a nosotros mismos, de cuidar nuestras pasiones, porque de todo esto también depende el resultado final.

Pocas veces encontrarás a alguien que te instruya de esta forma holística para mejorarte en ajedrez o en cualquier ámbito en el que te desenvuelvas.

Pero afortunadamente están las buenas lecturas, y El Arte de la Guerra de Sun Tzu es uno de esos libros que nunca dejarán de perder vigencia. Incluso si no te conviertes en el/la mejor jugador/a de ajedrez o en el/la mejor en lo que hagas, después de leer un buen libro como el de Sun Tzu, cambiarás tu percepción de las cosas o podrás conocer tus límites.

De acuerdo con Derek M. C. Yuen en Deciphering Sun Tzu: How to Read the Art of War , Sun Tzu nació en Qi, uno de los estados más poderosos de aquella época, lo que es hoy en día la provincia de Shandong, China.

Se dice que en aquel entonces la cultura de Qi estaba dominada por seis características: pragmatismo, adaptabilidad, apertura, inclusividad, inteligencia, rectitud y buenos modales.

De acuerdo con Derek, El Arte de la Guerra vio su origen antes del año 403 a. C. o de que iniciara el periodo de los reinos combatientes. Esto es muchísimo tiempo antes de que se inventara el ajedrez (entre el siglo II y V d. C.).

Y si bien Sun Tzu no jugó ajedrez, en su época existía el juego Go, que también es un juego de estrategia en el que se busca el control de la mayor parte de un territorio, por lo que es probable que lo haya practicado.

La razón por la que El Arte de la Guerra puede ayudarte a pensar en términos estratégicos es porque encontrarás principios que son aplicables a todo ámbito en el que es indispensable el desarrollo de un plan estratégico:

  • Negociación con partes interesadas en un proyecto

  • Ser entrenador de un equipo deportivo

  • Negocios, política o en cualquier empleo o actividad que exija el despliegue de habilidades estratégicas, como el de ser padre de familia.

Esto es así porque los principios de Sun Tzu presentan las siguientes características:

  • Son perennes, porque están basados en aspectos estratégicos, psicológicos y de la naturaleza humana fundamentales. Esto difiere de algunos principios de ajedrez que evolucionaron en la medida en que avanzaba la comprensión del juego.

  • Enfatizan la adaptabilidad y la importancia de responder a circunstancias cambiantes, a diferencia de ciertos principios de ajedrez que estuvieron atados a una escuela y teoría de ajedrez en determinada época.

  • Están basados en una minuciosa comprensión de la conducta y la psicología humanas, por lo que son universalmente aplicables. En cambio, los principio de ajedrez a menudo se centran en aspectos técnicos, que pueden cambiar tras una mejor comprensión teórica.

  • Son de aplicación universal, es decir, como mencionamos anteriormente, pueden utilizarse en campos como los negocios, los deportes o las relaciones personales, por lo que ofrecen una perspectiva más amplia de la estrategia y de la competición.

Todas aquellas habilidades que se necesitan para el pensamiento estratégico: análisis y pensamiento crítico, planeación y previsión, toma de decisiones, creatividad e innovación, pensamiento sistémico, gestión de recursos, liderazgo y comunicación, inteligencia emocional, adaptabilidad y flexibilidad, ejecución e implementación, negociación y solución de conflictos, así como consideraciones éticas y morales, todas esas habilidades las podrás ver aplicadas en el libro de Sun Tzu. Pero la ventaja es que lo verás todo como una unidad y notarás lo complejo que es ser un buen estratega.

Terminaremos con dos citas, que se encuentran en el tercer capítulo del libro (editorial José J. Olañeta, traducción de P. Amiot). La primera es:

“Para triunfar sobre los enemigos son necesarias cinco circunstancias:
I. Saber cuándo es oportuno combatir y cuándo conviene retirarse.
II. Saber emplear lo poco y lo mucho según las circunstancias.
III. Combinar hábilmente las filas.
IV. Aquel que, prudente, se prepara para enfrentarse al enemigo que todavía no existe, será victorioso…”

Y la última cita dice:

“Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; aunque tuvieras que sostener cien guerras, cien veces serías victorioso.
Si desconoces a tu enemigo y te conoces a ti mismo, tus posibilidades de perder y de ganar serán iguales.
Si desconoces a la vez a tu enemigo y a ti mismo, sólo contarás tus combates por derrotas.”