Jugar mejor ajedrez en línea que cara a cara


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¿Es posible que alguien sea mejor jugador en línea que frente a su oponente en el tablero?

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Imagen generada con IA

¿Por qué algunos juegan mejor ajedrez en línea que cara a cara?

El asunto de las trampas en el ajedrez no es tan nuevo si recordamos las acusaciones de Topalov en el 2006 contra Kramnik —para lo cual pueden ver el video de GothamChess sobre el escándalo del baño .

Más recientemente, el debate ha gravitado en torno a dos cuestiones: Hans Moke Niemann y los juegos de ajedrez en plataformas en línea, como Chess.com o Lichess.org.

En este artículo nos centraremos en las trampas en el ajedrez cuando los jugadores juegan en línea, y no frente al oponente en el tablero.

Hay dos casos famosos que representan muy bien lo difícil que es decidir en cuanto a la culpabilidad de quien juega increíblemente bien en línea.

El primero de ellos es el caso de Alireza Firouzja. Resulta que el iranio-francés jugaba en Chess.com desde que tenía aproximadamente 11 años. Debido a que en ese entonces era un completo desconocido, la excepcionalidad y la calidad de sus partidas levantaron dudas entre la comunidad de esa plataforma. Lo vetaron, pero esto fue de forma breve, porque después de un análisis minucioso, determinaron que simplemente se trataba de un excelente jugador en ciernes.

Esto lo pueden ver en el canal @chesscomclips, en el video How Alireza Firouzja Got Auto-Banned On Chess.com

El otro ejemplo es el que Fabiano Caruana relata en el canal C-Squared, en el pódcast The Norway Story, Hans Is Back, & More .

En ese pódcast, él se hace la pregunta: ¿por qué algunos jugadores sólo son buenos jugando en línea? Además, relata una partida que jugó en uno de los torneos de Titled Tuesday en Chess.com; partida que posicionalmente la tenía perdida, pero la terminó salvando con un empate.

Caruana estaba convencido de que su rival estaba haciendo trampa, y su principal argumento es que su adversario elegía los mejores movimientos y que de forma consistente se tomaba 5 segundos para poder hacer cada movimiento, incluso en el final de la partida cuando quedaba menos tiempo para jugar. Es decir, Caruana sugiere que entre cada movimiento ese jugador se apoyaba tramposamente en algo.

Antes que mostrarles las posibles formas en que un jugador puede hacer trampa jugando en línea, lo que proponemos es centrarnos en la pregunta retórica de Caruana: ¿por qué algunos jugadores sólo son buenos jugando en línea?

Él simplemente es escéptico ante esa posibilidad. Para él era claro que esa persona cometía trampa.

Puede ser cierto, sin embargo nosotros exploraremos algunas argumentos a favor del por qué alguien puede jugar mejor en línea que cara a cara. Es decir, para nosotros es posible que alguien se desempeñe mejor jugando en línea que en el tablero, o viceversa.

Nuestro argumento general es que cada jugador es distinto, es decir, cada jugador tiene un origen, un crecimiento y unas preferencias cognitivas distintos en el ajedrez. El mundo del ajedrecista por profesión es totalmente diferente al mundo de muchos otros jugadores, sean talentosos o no.

Además, el mundo del ajedrecista por profesión actualmente ha cambiado mucho con la intervención mediática y, antes, con respecto a los años 70, con el uso de las computadoras. Y a esas condiciones se adapta cada jugador.

Hablemos, entonces, de algunos elementos que pueden afectar el desempeño: la ansiedad cognitiva, la presión, la fatiga tras los viajes, la reducción de señales físicas y la percepción visual.

Un elemento que puede afectar el desempeño es la ansiedad cognitiva.

Recordemos que la ansiedad cognitiva es un estado en el que el sujeto tiene pensamientos angustiosos y negativos que afectan considerablemente el rendimiento y la atención.

Se han hecho estudios en cuanto a la relación que la ansiedad y la presión tienen sobre el desempeño.

Un ejemplo es el artículo académico de Lew Hardy, Stress, anxiety and performance , en donde se menciona que la presencia de la ansiedad cognitiva exige un mayor esfuerzo, es decir, en situaciones de ansiedad cognitiva el rendimiento puede mantenerse o mejorarse sólo a costa de un costo fisiológico.

En cuanto a la presión, un artículo científico de Roy Baumeister, Choking under pressure: Self-consciousness and paradoxical effects of incentives on skillful performance , menciona que el desempeño baja cuando la atención del individuo se dirige hacia el proceso interno de su desempeño y hacia la tendencia a la autoconciencia.

La disposición hacia la autoconciencia es la tendencia de un individuo para reflexionar en sus experiencias internas y en sus relaciones con otros. En el contexto de la competición, ésta es una situación de presión, cuyos componentes (la rivalidad, la presencia de la audiencia y la presencia de coactores) pueden causar agitación en el jugador.

Sin embargo, si somos justos, cabría mencionar que esta tendencia hacia la autoconciencia puede jugar un papel a favor como en contra. Existen individuos a los que simplemente no les importa mucho reflexionar sobre su contexto mientras que hay otros a los que les cuesta lidiar con las cámaras y la audiencia.

De hecho, otra investigación de Changrun Huang y Rongjun Yu, Making mistakes in public: Being observed magnifies physiological responses to errors , sugiere que la presencia de observadores puede incrementar la actividad neural relacionada con el monitoreo de evaluación de los errores propios.

Es decir, si lo aplicamos al ajedrez, la presencia de otros puede resultar positivo, porque el jugador buscará no cometer errores con el fin de rescatar su imagen pública y ganar reputación social.

Por otro lado, ¿cuántos de ustedes no han experimentado fatiga durante un torneo a causa del viaje largo a la sede del torneo? Muchos de estos jugadores viajan incluso un día antes, con escasas o nulas horas de descanso y, encima, con la intención de jugar dos partidas clásicas al día, porque así está organizado el torneo.

Bueno, pues, esta fatiga tras el viaje también es un elemento que puede afectar el rendimiento del jugador, al menos de forma indirecta, por ejemplo, con un aumento en la percepción de estrés y fatiga, reducción del estado de alerta, la motivación y el estado del ánimo.

Eso es lo que se ha registrado en investigaciones deportivas, como en Managing Travel Fatigue and Jet Lag in Athletes: A Review and Consensus Statement .

Dado que no existen investigaciones específicas sobre la manera en que cada uno de estos elementos afectan al ajedrecista, solo podemos hablar de forma muy general.

Podemos partir de la idea de que las partidas jugadas en línea reducen la ansiedad, la fatiga y la presión, porque los jugadores no se enfrentan a la audiencia o a otros coactores, sino que juegan desde la comodidad de su casa.

Y quizá la ansiedad aumente para quienes realizan una transmisión en vivo con su cámara encendida, algo a lo que están más acostumbrados los jugadores más famosos o de élite.

El ajedrez no es un derporte de contacto, como el boxeo o el fútbol americano, sin embargo, la presencia física de una partida cara a cara es una experiencia única.

Muchos comentan la expresividad de jugadores como Hikaru Nakamura o Ian Nepomniatchi, pero probablemente sea Gari Kaspárov el ejemplo más claro de la presencia que se impone frente a su rival: la batalla comienza antes de que el reloj sea echado a andar.

Para kasparov una partida también es un juego psicológico, y las posturas y las actitudes en el tablero tienen peso.

Parece que Gari estaba convencido de que las miradas matan, de que la disposición mental se traslada al corporal, de que había que utilizar todos los recursos válidamente disponibles. Ante eso, el contricante puede pensar: “¿Qué le pasa a Gari?”, “Tranquilo, Gari, sólo es un juego”.

Para quien haya jugado en torneos de ajedrez de manera presencial, sabrá que te puedes enfrentar con diferentes tipos de jugadores y personalidades, y que esas personalidades se reflejan en el juego, se sienten.

Hay jugadores callados, pero también los hay provocadores: hacen ruidos para desconcentrarte, se sientan como si fueran tus jefes, comen algo y lo mastican con insolencia.

Cualquier cosa ajena al juego en el tablero es válida, siempre que lo permitan los jueces: despistan a su contrincante, lo/a desconcentran, tras mirarlo/a a los ojos buscan entrever lo que está pensando; azotan la pieza en el tablero; se levantan precipitadamente y hacen rechinar a propósito la silla, etc.

Todas esas cosas que suceden al jugar de forma presencial un torneo, todo eso no existe en una partida en línea. Los jugadores en línea pueden usar sus audífonos para escuchar música mientras juegan. No pueden sentir la presencia de su oponente, sólo pueden verlo en un recuadro pequeño en alguna esquina superior o inferior.

En una publicación titulada Chess & Perception: How visual crowding can hide what’s right in front of you , a cargo de alguien cuyo seudónimo es NDpatzer, se habla de cómo la desviación de los ojos o el estrabismo puede ser una limitante para una buena percepción de profundidad (3D), o también llamada estereopsis o visión estereoscópica.

La visión estereoscópica es crucial para, por ejemplo, para reaccionar ante el lanzamiento de una pelota hacia nosotros, pero también para mover una pieza física en el tablero.

Más importante aún es la agudeza visual, porque si esta falla, también irá en detrimento la visión periférica, es decir cuando pasamos hacia los bordes del campo visual. Esa podría ser la razón, continúa NDpatzer, de que, mientras estamos mirando en el centro del tablero, no distingamos que, en lugar de un peón, hay un alfil en uno de los extremos del tablero.

Y, de acuerdo con el artículo, también existe la aglomeración visual, que se refiere a cómo el cerebro percibe los objetos en la periferia. Existe aglomeración visual cuando un objeto es difícil de reconocer debido a la presencia cercana de objetos a su alrededor.

En este caso, puede entenderse el que se haya dejado colgado el alfil en una de las esquinas, donde hay peones con los que se camufla. Y tampoco hay que preocuparse tanto, pues no somos los únicos a los que les ha pasado: hay innumerables ejemplos de grandes maestros con enormes errores, muy a pesar de que sus errores sean menos frecuentes.

Si he sacado a colación estos problemas visuales mencionados por NDPatzer, es porque creo que abona a nuestro tema.

Por ejemplo, habría que preguntarse si el desempeño de los jugadores es mejor o peor cuando juegan en línea debido a una mejor o peor visión periférica; o, por otro lado, si el desempeño en una partida presencial es mejor o peor debido a una mejor o peor percepción de profundidad.

En el foro de Chess.com , algunos usuarios manifestaron que tras un largo tiempo de sólo jugar en uno de los dos modos posibles, sea en linea o cara a cara, les ha costado regresar a jugar en el otro modo, les ha costado adaptarse. Y seguramente a más de uno aquí, estimado lector, le ha sucedido lo mismo.

A nadie sorprendemos si decimos que, por la naturaleza de ambos modos de juego, jugar cara a cara frente al tablero refuerza la memoria espacial 3D, mientras que jugar en línea mejora las habilidades de la memoria espacial 2D y el reconocimiento de patrones en pantalla.

Respondiendo, entonces, a la pregunta de Caruana de por qué algunos jugadores sólo son buenos jugando en línea, diríamos que cada jugador, sea profesional o no, tiene sus propias preferencias de juego con las que se siente mejor, y, por lo tanto, su desempeño mejora.

Algunos, dadas sus características particulares, evaden la presión y la ansiedad cognitiva; algunos lidian mejor con la fatiga; otros superan en visión periférica a sus oponentes, etc. Todo eso juega un papel, sin duda.

No estamos negando aquellas características esenciales del buen jugador de ajedrez, como la técnica que desarrolla independientemente de si es en línea o cara a cara, su experiencia, sus conocimientos ajedrecísticos y capacidades propias. Simplemente creemos que no es tan fácil dudar del desempeño de alguien sólo porque no manifiesta el mismo nivel en ambos modos de juego.